Orar
Asunción al cielo
La Asunción de la Santísima Virgen María al cielo.

Comparto con todos unas líneas sobre María, Madre de los vivientes, reflexión del Beato Guerrico de Igny, recogida en el librito Magníficat:

“María es bienaventurada entre todas las bienaventuradas, ella que ha sido escogida antes que todos los demás santos. El Señor la eligió como morada, diciendo: Esta es mi mansión por siempre, aquí viviré, porque la deseo. Durante nueve meses vivió en ella; durante numerosos años vivió con ella y le estuvo sometido. Ahora, viviendo en ella y con ella para siempre de manera que sobrepasa nuestra comprensión, la llna de la gloria que ven los bienaventurados. Le da exteriormente la gloria en su cuerpo; interiormente, imprime en ella la gloria del Verbo…
Como la Iglesia, María es la madre de todos los que renacen a la vida. Dando a luz la Vida, hizo nacer en cierta manera a una vida nueva a todos los que debían encontrar su vida en esta Vida. Por eso, la madre bienaventurada de Cristo, sabiéndose madre de los cristianos por este misterio, se muestra también madre de todos por su solicitud y su ternura”.


María nos lleva a Jesús, Ella es la mujer creyente, que ahora acompaña a sus hijos y les sigue llevando al encuentro de su Hijo… y Jesús, como una vez les dijo a sus discípulos faltos de fe, nos dice ahora a nosotros: ¿Qué es eso de si puedes? … TODO ES POSIBLE PARA QUIEN CREE…este es el Amor de Dios que se derrama para cumplir su promesa en nuestras vidas… hoy…. Acerquémonos a Él, al Dios de lo imposible, vivo, presente en el Sagrario y clamemos con el deseo en el corazón de amarle con todo el corazón, con toda la mente, con toda el alma, con todas las fuerzas y dejándole hacer en nuestra vida, porque Él nos ama y no hay nada imposible para Él.

Queridas hermanas, es muy importante orar con intensidad por todas y cada una, para que cada minuto que Dios nos regala, esté impregnado de Dios.  Que el misterio de la Asunción de María renueve nuestras conciencias y nuestros deseos de llegar al cielo, donde el Amor de Dios llenará por completo nuestras vidas. Mientras tanto, caminemos en fraternidad y ayudémonos en este camino que Dios nos ha regalado. Que nuestro santo padre Francisco nos ayude a ser fieles al carisma que nos dejó, fieles también a los signos de los nuevos tiempos y a lo que la Iglesia nos vaya deparando. 

Sor Rocío de Jesús