Orar
Orando ante el sufrimiento humano

ORANDO EN ALTA VOZ


Ante el sufrimiento, el dolor y la oscuridad
de tantos hermanos sufrientes

¡Señor, tengo sed de Ti!
¡Cómo me vienen al recuerdo tantos hermanos que sufren y no te ven!
Hazte presente, Señor, ilumina, consuela, fortalece, inunda nuestro mundo, llena el corazón de tantos hermanos que sufren y no encuentran consuelo.
Somos peregrinos en la fe y Tú nos impulsas a través de una palabra amiga y ese sabernos en comunión, caminando a la sombra del Amado, que eres Tú, oh Bello Jesús.
Ayúdanos a asumir Tu Divina voluntad y vivir aquello de SOLO DIOS.
¡Señor, qué gratificante resulta para el alma que vibra por Ti, recibir estas máximas de quien lo está palpando en su propia carne!:
SOLO DIOS, SIEMPRE DIOS, CUANTO MANIFIESTE DIOS.
Nos hace falta recibir este consuelo, porque también nos cuesta asumir esta voluntad de Dios que tan misteriosa nos resulta a veces.
De Ti venimos y hacia Ti vamos, y cuando las cosas de este mundo, las dificultades, los sufrimientos… nos ofuscan esta Meta final, ocurre que vienes y no estamos preparados, nos sorprendes, y sin embargo ya nos habías avisado:
¡estad vigilantes porque no sabéis el día ni la hora!
Hoy, junto a todas mis hermanas de Comunidad, pido con fuerza por quienes están sumidos en el dolor y la oscuridad, que todos reciban la fuerza y la convicción profunda de estar en las manos de Dios, difícil, pero posible.
En nuestra vida hay momentos de todo, es en la oración, pensando en el hermano que sufre, cuando me viene a la memoria la Pasión.
Y veo a Cristo que abraza la Cruz y la besa, ante las injurias de los ladrones,
EL LA BESA, LA ABRAZA, SE AGARRA,
ACOGE LA VOLUNTAD DEL PADRE... es algo increíble.
Imagino a mis hermanos y los veo en esta escena, como si Cristo les dejara por un momento revivirla, como si ellos en ese momento fueran El, no sé, me brotan las lágrimas, me tengo que contener, no creo son imaginaciones locas, pienso sea lo que están viviendo tantos hermanos y sólo me queda decir: ¡Señor, fortalece su fe, ilumina sus vidas deshechas en un instante, alienta su corazón!
Que brote la fraternidad universal en su ayuda, que palpen Tu Mano en las manos hermanas, condolientes, consufrientes y amorosas.
Cuanto más se recuerda tu Pasión, más hondo se hace el dolor y la serenidad, más quiero besar al unísono, con esos hermanos, tu Cruz bendita que nos lleva a la resurrección. Somos en definitiva ELEGIDOS, BENDECIDOS, ENRIQUECIDOS.
Descúbrenos este Misterio, ¡hondo misterio!, real y palpable en tantos hermanos.
Mi Dios y Señor, pendes de una Cruz y entregas la Vida por Amor y sólo por Amor.
Si comprendiéramos este Misterio, si lo contempláramos…
La oscuridad de nuestras cruces, no sería tanta oscuridad.

Tú nos ha dado un corazón que ama y sufre. Experimentamos la flaqueza humana que huye del dolor, y entonces tenemos que hacer la síntesis que nos pides y hasta con lágrimas en los ojos, abrazar Tu voluntad y asumir la realidad de nuestro existir.
Dios mío, Tú eres nuestro centro, queremos que lo seas.
En el camino espiritual Tú nos vas marcando la pauta y nos conduces, no siempre te respondemos con fidelidad, somos débiles, pero el dolor es parte del creyente y hay que pasar por ello. Y Dios lo sabe.
Estamos en Tus manos Misericordiosas de Padre. Tú nos pides asumir el dolor, el Hijo Amado nos precede, sea tu Amor nuestro amor.
A Ti la gloria y el honor, el amor y la adoración.


Sor Rocío de Jesús