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Una visita inolvidable…
3 de Diciembre 2010
Ha venido la cruz de los jóvenes a Daimiel
Que le recibe con los brazos abiertos, preludio de las jornadas
viene el icono de María, el hambre de Dios de este pueblo lo pone en manos de María.
Ella al pie de la cruz nos mira….
Entran jóvenes valientes ya dirigidos a las Mínimas.
Una noche de vigilia, de silencio, de oración.
Nadie se asusta de esto. Todos dispuestos a dar la vida.
Una velada inolvidable. La cruz no se ha quedado sola.
La comunidad en vela, y jóvenes en distintos turnos a los pies de la cruz no han faltado.
Ahí estaba Juan y la Magdalena acompañando a María.
Ninguno se ha ido triste, sino desbordado de gracia.
Estaban dispuestos a dar, a hacer un sacrificio por el que murió en la cruz…
pero he aquí que sorprendidos, vuelven después de haberle visto Resucitado.
La cruz estaba vacía….
Y Cristo ya paseaba entre ellos.
Ha echado una mirada, ha susurrado una palabra, ….
Todo aún en el silencio, pero queda en lo profundo del alma,
esa paz, ese gozo, ese no saber qué te pasa.
Porque Jesús ha pasado, ha pasado por tu alma y espera una respuesta.
No dudes en dar tu Sí,
que si piensas que esto cuesta, vale más la felicidad de una vida entregada.
Sí, Jesús te he dicho esta noche,
Sí, desde el fondo del alma,
dame ahora tu fuerza para perseverar en la llamada.
Ya son las 8,30 y toca la despedida.
Pero antes de marchar, la comunidad gozosa ha podido besar el icono,
ha besado también la cruz que ha invadido la clausura
para recibir el amor de un sí continuado.
Vale la pena seguir, vale la pena la entrega,
que es mucho mayor el gozo, el sentido pleno de la vida.
Adiós a la cruz y al icono, que han dejado una huella,
huella de juventud gozosa,
huella de amor, alegría y entrega…
te acompañamos por los caminos,
seguimos a la cruz peregrina desde nuestra clausura,
para que se enganchen los jóvenes por el amor de la entrega.
M.L. Daimiel
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