De sus escritos: Pensamientos
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- ¡Qué nostalgias siento del cielo! Yo no puedo vivir mucho en la tierra; estoy convencida, mi Patria es el cielo! Yo no soy para este mundo. Lo que tenga que hacer en 20 años que el Señor lo haga en dos.
- Jesús y Maria, yo tengo una sed ardiente de poseeros en el cielo que me devora el alma, mas no se haga mi voluntad sino la vuestra; sólo quiero daros gusto, agradaros. Si queréis llevarme pronto con Vos benditos seáis, y si queréis dejarme aún aquí seáis también benditos, con tal que os ame y agrade y no os disguste nunca; lo demás me es indiferente.
- Jesús quiere y se complace en que vayan cayendo de mi corazón una a una todas sus ilusiones por más santas, buenas que parezcan, como caen los pétalos de las flores marchitas; así Él será mi única ilusión y tesoro y mi Todo. ¡Bendito sea!
- Doy gracias a Dios N. S. porque nunca apartó del camino de mi vida la contradicción y la incomprensión de las criaturas poniéndome su gotita de amargura en todas ellas para que instintivamente mi alma siempre se vuelva hacia Él que es donde siempre halle el descanso, la felicidad y reposo del espíritu. Él solo puede llenar los inmensos senos de mi alma y las ansias de amor y felicidad de mi corazón. En Él solo me apoyo apartando como insuficientes las cañas frágiles de toda criatura humana. In Te, Domine, - solo- speravi: non confudar in aeternum.
- ¡Qué alegría entregarme a Jesús para siempre!
- La juventud... es lo que voy a dar al Señor... ¿la vejez que nadie quiere y las arrugas? De ninguna manera. Quiero ser santa y una santa joven. No me conformaré con ir despacio; he de ir de prisa por el camino de la perfección. Si no gasto mi vida en agradar a El que me la dio, ¿para qué la quiero?
- Quiero consumirme, pero verdaderamente, de amor... Nada:... o ser santa o la muerte.
- Mi deseo es ir (si a Jesús le place) por el camino llano del amor y el sacrificio, unido a suma sencillez y alegría espiritual.
- Quiero ser santa no por mi gloria sino por la de Dios N.S. Que mi vida toda sea un perenne cántico de amor y acción de gracias a la bondad del Señor y un continuo holocausto por la salvación de las almas y demás necesidades de mi santa Madre la Iglesia.
- Yo no querría esto o aquello, sino lo que fuera más de su gusto, lo que sirviese para darle más gloria y hacerme santa más de prisa.
- Mi principal y única obligación se limita a amar a Jesús y María, a repetírselo sin cesar y a dejarme invadir por su amor.
- Deseo vaciar más y más mi alma de mí misma y de toda preocupación personal... olvidarme totalmente de mí para ser tanto más manejable y en cierto sentido flexible y apta para procurar la gloria de Dios. ¡Oh qué bello y divino es olvidarse siempre, derramar beneficios en torno de sí, devolver siempre bien por mal, prodigarse sin tasa... para ayudar a los prójimos, consolarlos atraerlos al bien sin pretender jamás reconocimientos o aguardar estimas!
- Como la humilde planta del campo echa en tierra sus raíces, así ¡buen Maestro! yo quiero arraigar en vuestro Sagrado Corazón ¡Oh Espíritu Divino haced que marchemos unidos!... A cierra ojos me lanzo en el seno de vuestra Providencia, conducidme, santificadme.
- Sí, yo tiendo hacia Dios con toda la energía de mi alma, como a único término de mi existencia y todo lo demás es nada para mí. Mi ambición es renovar a cada instante mi absoluta entrega a Dios N. S. sin reservarme la mas mínima partecita, ni exigir garantías ni proponer condiciones, ni asegurar mis intereses personales... Todo para su mayor gloria, para las almas necesitadas... Como el niño al cuello materno, amarle mucho y decírselo y volvérselo a decir sin cesar, para así arrebatar el Divino Corazón.
- Siento una sed insaciable del divino amor como si no le amase ni poseyese.
- Quiero que mi cielo en la tierra sea sufrir por Ellos -Jesús y María- el hacerme como leña seca que se queme en su honor y en favor de los pobrecitos pecadores.
- Quiero por mi oración atar las manos, por decirlo así, a Jesús para que no castigue el mundo pecador, hacerle violencia a su Corazón Sagrado por todas las necesidades de la Iglesia militante y su Vicario el Papa, sin olvidar a la purgante.
- Quiero que mi pasión dominante sean los intereses de Jesús, olvidarme a mí misma... ni preocuparme de lo que los demás piensen de mí...; ni procuraré o buscaré para mí ni la aprobación ni el favor, ni aun la benevolencia de criatura alguna... No hay para mí más que una cosa importante: la gloria de Dios y la salvación de las almas, y para ello, el momento preciso que se me asigna.
- Quiero ser dócil, muy dócil en manos del Divino Artífice para que El haga de mí lo que le plazca..., solo ansío y pido mucha buena voluntad y perderme en los espacios infinitos en que no se respira más que amor. Mi corazón le busca sin cesar y quiere perderse en Él y llevar aquella vida escondida con Cristo en Dios de que habla S. Pablo.
- Mi corazón salta de gozo cuando pienso que vivo en la oscuridad y silencio, olvidada y desconocida del mundo o sus secuaces, como esa flor que se consume y marchita a los pies de Jesús Sacramentado, recreándole con su aroma, pasar desapercibida a los ojos de todos por amor a Dios ¡Qué alegría!
- Estoy bien, porque estoy en las manos de Dios y como estoy como El quiere pues estoy muy bien.
- ¡Qué felicidad estar unida a Dios!
- La vida es milicia, hay que gastarse por Cristo.
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