Fundador: San Francisco de Paula
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Triduo a san Francisco de Paula
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1.DÍA PRIMERO: ORACIÓN
Glorioso san Francisco de Paula:
Tú, por seguir más de cerca de Jesús lo dejaste todo: familia, bienes y porvenir. Y, alejado del mundo y de sus ambiciones, viviste toda tu vida como un humilde ermitaño.
Así recogido habitualmente en tu interior, contemplabas absorto las obras del Creador.
Y sobre todo te reconocías como criatura amada personal y profundamente por Dios.
Nosotros, tus hijos y devotos, frecuentemente nos sentimos abrumados y desorientados por los problemas de nuestro mundo.
Ayúdanos a recordar que sólo una cosa es necesaria: que amemos a Dios como Él nos ama y que perdonemos como Él nos perdona.
Y que, a ejemplo tuyo, sintamos a Dios como el tesoro más grande por el que estemos dispuestos también como tú, a relativizarlo todo: vida y muerte, salud y enfermedad, riqueza y pobreza.
Amén.
Pídase la gracia que se desea alcanzar.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Dios todopoderoso y eterno, grandeza de los humildes, que has elegido a san Francisco de Paula, mínimo entre los hermanos, para que elevarlo a la gloria de los santos.
También nosotros nos sentimos amados y elegidos por ti e igualmente llamados a desempeñar una misión en el mundo de hoy, viviendo nuestra fe cristiana.
Te pedimos que nos concedas imitar los ejemplos de san Francisco de Paula, sobre todo de fe y humildad, de oración, austeridad, de conversión y caridad para que un día participemos, junto con él, la herencia prometida a los mansos y humildes de corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
2. DÍA SEGUNDO: ORACIÓN
Glorioso san Francisco de Paula, modelo de penitencia y de pobreza: Tú experimentaste hondamente cuanto Cristo nos enseñó con su vida y hallamos escrito en el Evangelio: “No atesoréis tesoros en la tierra… atesorad para el cielo… porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón”.
Por eso te desprendiste voluntariamente de las cosas, procurando siempre una comida frugal, llevando por vestido un tosco sayal y teniendo por casa una simple cueva para tu cobijo y reposo. Así, libre de impedimentos, abrazaste gozoso el camino de la conversión evangélica para vivir en sintonía con los valores fundamentales del Evangelio.
Ayúdanos ahora a nosotros a liberarnos de todo aquello que nos impide caminar como tú en pos de Jesús. Ayúdanos también a comprender que la felicidad verdadera sólo se consigue mediante el libre desprendimiento de las cosas terrenas.
Amén.
Pídase la gracia que se desea alcanzar.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS…
3. DÍA TERCERO: ORACIÓN
San Francisco de Paula, nuevo sol de caridad; si profunda fue tu humildad, firme e inquebrantable tu fe y recio tu espíritu de penitencia, la virtud que más resplandece en tu vida es la Caridad. Con todo acierto el pueblo fiel te ha llamado siempre: “el santo de la caridad”. De hecho, por amor curabas a los enfermos, por amor reprendías a los pecadores y confortabas a los pusilánimes. Y por amor a Dios y a la Iglesia fundaste la Orden de los Mínimos.
También nosotros, alentados por tu ejemplo, queremos entregarnos al servicio de los hombres como prueba inequívoca de nuestro sincero amor a Dios.
Ayúdanos a que nuestra caridad no se quede en meros actos externos, sino que nos lleve a vivir una generosidad comprometida, permanente y eficaz.
Finalmente, ayúdanos para que seamos fieles y perseverantes ya que como tú decías a tus frailes: “en vano se comienza una obra buena si se deja antes del fin de la vida, porque la corona sólo se da a los que perseveran”.
Amén.
Pídase la gracia que se desea alcanzar.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
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