CRÓNICA DEL DÍA 16
El pasado día 16 de diciembre tuvo lugar en nuestra Iglesia de las Mínimas de Daimiel, una celebración eucarística en acción de gracias por la vida de Sor Consuelo Utrilla Lozano, en el marco del 50 aniversario de su partida al cielo (9 de diciembre 1956).
Estuvo presidida por D. Miguel Angel Angora, Delegado de la vida consagrada, al que acompañaron el Rvdmo. P. Giuseppe F. Morosini, Rvdo. P. Abilio Mª, Asistente de la Federación y otros dieciséis sacerdotes más que quisieron unirse a la alegría de la Comunidad.
Una vez entonado el canto inicial, uno de los tres seminaristas de Daimiel que nos acompañaban, leyó la monición de entrada, que nos alegra compartir:
Con inmensa alegría nos congregamos hoy en torno al altar para dar gracias a Dios por la vida de Sor Consuelo Utrilla Lozano, en ella reconocemos la actuación de Dios que siembra de alegría plena las vidas de quienes saben reconocer su presencia a golpes de sencillez y de gracia. Sor Consuelo buscó incansablemente agradar a Dios y lo quiso hacer con presteza, tenía prisa por ser toda de El. Hoy, celebrando el 50 aniversario de su partida al cielo, el alma se nos llena también a nosotros del más hondo gozo porque desde su fidelidad y su memoria se hace posible también nuestro amor fiel, viéndola a ella nos sentimos estimulados a caminar en santidad. La fidelidad de Sor Consuelo al querer de Dios nos anima a perseverar, conscientes de que esta fidelidad es costosa y sufrida. A ella le supuso una lucha incesante por alcanzar la meta deseada, mirar a Sor Consuelo nos supone todo un reto que nos exige esfuerzo y tesón. En esta celebración aunamos nuestros anhelos para alabar y bendecir al Dios que nos salva y que nos une en su Amor.
La Iglesia resplandecía de gozo por tal acontecimiento y se vio repleta de fieles, religiosas y laicos, que deseaban unir sus voces para agradecer a Dios la vida y el testimonio de Consuelito, como familiarmente es conocida entre sus paisanos. No faltaron sus familiares, empezando por su hermana Sofía, sus sobrinos y demás familia. También acudieron grupos desde varios puntos de la diócesis, dado que su fama de santidad se está extendiendo por doquier. Con esta ocasión hemos palpado el amor que sienten nuestros coetáneos hacia la Venerable y damos gracias a Dios por ello. Durante la celebración se entonaron dos cantos de Sor Consuelo, uno relatando un poco su historia vocacional, que ha sido compuesto por una hermana de la comunidad y paisana de la Venerable, Sor Consuelo González de la Aleja Mejía: “Hay que gastarse por Cristo” y el segundo el que ella misma entonó cuando conoció su enfermedad: “Señor, aquí estoy, grano de trigo soy”
Al término de la celebración todos los asistentes se dirigieron a la Casa de Cultura, donde se iba a presentar un nuevo libro sobre la Venerable: “Quiero ser santa”.escrito por una hermana de la comunidad, Sor Rocío González de la Aleja Mejía. Dicho libro es el camino espiritual de la Venerable y recoge textos de sus escritos. El acto comenzó con unas palabras de acogida por parte de la concejal Doña María Dolores González-Mohíno, seguidamente se dio paso a la presentación propia del libro a cargo del Padre Giuseppe Fiorini Morosini, de la Orden de los Mínimos, que ha prologado dicho libro. A continuación dirigió unas palabras la señorita Pilar Cid, para concluir D. Miguel Angel Angora, por parte del Obispado. Antes de finalizar se proyectó a los asistentes una PPS sobre la Venerable preparada por las Monjas que dio un broche adecuado al acto. Una vez escuchado las palabras que con tanto cariño habían expresado todos los exponentes sobre Sor Consuelo, ver las imágenes de la Venerable, con algunas de sus máximas más determinantes, fue muy emotivo.
No podemos dejar de decir cuántos hermanos sacerdotes, muy cercanos a la comunidad, han manifestado su unión y su oración por tal acontecimiento, a todos agradecemos de corazón su cercanía y a todos aseguramos nuestra adhesión. No obstante todos estuvieron presentes en el corazón de la celebración, como muchos de ellos han dejado dicho gozosos y como bien sabemos todos los que caminamos en comunión, entelazados en el Amor.
Por todo damos gracias a Dios, porque se ha palpado en estos días muy vivamente la santidad de nuestra hermana y porque creemos que el testimonio de su vida puede arrancar de quienes la conozcan verdaderos deseos de caminar en santidad.
Monjas Mínimas - Daimiel
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