OFRECIMIENTO Y UNIÓN DE POTENCIAS Y SENTIDOS A JESÚS CRUCIFICADO.
“Jesús mío: Vos conocéis mi fragilidad, y si no me tenéis de vuestra mano os he de ofender con muchas culpas, pues no puedo nada sin vuestra ayuda. No permitáis, Bien mío, que os ofenda en este día. Quitadme la vida antes que os ofenda con la menor culpa.
Unid mis sentidos y potencias con vuestras llagas, para que vayan dirigidas a Vos todas mis operaciones.
Unid mi cabeza con vuestra corona de espinas, para que ponga en Vos solo mis pensamientos. Unid mis ojos con vuestros ojos, vendados con vuestra sangre, para que no vea las vanidades de este mundo engañador.
Unid mis sentidos con los vuestros, afligidos por las muchas blasfemias que oísteis, para que los tenga cerrados a todo lo que no sois Vos, y atentos para oír vuestros llamamientos e inspiraciones.
Unid mi boca con la vuestra lastimada con la hiel y vinagre que bebisteis, para que no me deje vencer de la gula ni deleite alguno.
Clavad mis manos con las vuestras en la Cruz, para que no os ofenda con mis obras, y vayan dirigidas a Vos todas mis operaciones.
Herid mi corazón con la lanza que atravesó el vuestro, para que quede herida de amor y dolor. Clavad mis pies con el clavo que tiene atravesados los vuestros, para que dirija mis pasos por el camino recto de vuestros santos preceptos.
Unid mi cuerpo con vuestros azotes, para que vayan dirigidos a Vos todos mis afectos y conserve intacta mi pureza virginal; y pues Vos sois cabeza omnipotente y yo miembro vuestro, haced que todas mis operaciones sean gratas a vuestra Majestad y gratas a vuestros purísimos ojos. Amén.
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