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Estrofas Navideñas
ESTROFAS NAVIDEÑAS
 de Romano el Cantor, S. V

Marchad adelante poderes angélicos. Habitantes de Belén, preparad el pesebre, porque nace el Logos, aparece la Sabiduría. Dale un abrazo, Iglesia, para alegría de la Madre de Dios.
Pueblos, digamos: “Gloria a ti, y bienaventurado Dios, nuestro recién nacido”.
Oh virgen, ha sido declarada montaña espiritual; de ti ha sido extraída la Piedra angular, que el profeta vio que destruya la imagen, lo mismo que esa piedra ha roto el poder del maligno corruptor de los hombres.
Por eso debemos exclamar: “Gloria a ti, bienaventurado Dios, nuestro recién nacido”.
Pastores, escuchad el sonido de la trompeta. Magos, tened horror a las palabras mágicas. En efecto, el Logos es engendrado, Dios se manifiesta. Hijas de reyes, entrad en la alegría de la Madre de Dios.
Pueblos, digamos: “Gloria a ti, bienaventurado Dios, nuestro recién nacido”.
La Virgen, sin conocer a varón alguno, ha dado luz a la Alegría. La tristeza del antepasado por siempre ha sido suprimida. El increado nace. El inmenso se hace sitio. Hoy se manifiesta la Gracia, hoy el extravío ha sido debilitado.
Pueblos, digamos: “Gloria a ti, bienaventurado Dios, nuestro recién nacido”.
Pastores, arrojad la flauta pastoril y cantad al Señor en Belén, porque ha nacido de una muchacha el que rescata al mundo y es desligada la maldición de Eva por el que ha nacido de la Virgen.
Pueblos digamos: “Gloria a ti, bienaventurado Dios, nuestro recién nacido”.

Aplaudamos ahora con gritos de júbilo, organicemos un coro angélico, porque el Señor ha nacido de María, la Virgen, para levantar a los caídos y engendrar y enderezar a los postrados, que exclaman con fe:
“Gloria a ti, bienaventurado Dios, nuestro recién nacido”..
Mira, Virgen que has dado a luz al Emmanuel, también se han cumplido las profecías de los portadores de Dios. La vara ha germinado, como dijo Isaías. Se te ha dado a conocer en medio de dos animales al que has traído para la salvación de tu pueblo, por eso exclamamo:
“Gloria a ti, bienaventurado Dios, nuestro recién nacido”.
Se ha encarnado el Autor de la ley sometido a la ley. El Hijo eterno ha sido engendrado en una Virgen. El Artífice de todo se ha reclinado en un pesebre. El engendrado por el Padre sin una madre ha nacido de una Virgen sin un padre.
Pueblos exclamemos: “Gloria a ti, bienaventurado Dios, nuestro recién nacido”.
En realidad ahora la alegría ha dado a luz en una gruta. Hoy los coros de los incorpóreos se alegran. Las todas las naciones cantan a la Virgen pura, porque hoy da a luz al Salvador, hoy baila el abuelo (Adán).
Pueblos, digamos: “Gloria a ti, bienaventurado Dios, nuestro recién nacido”.

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