Queridos Reyes Magos:
Soy una creyente en camino
que vibro ante la cuna de Belén
y llevo a todos los hombres dentro de mi corazón.
En el recinto de mi Monasterio
camino en fraternidad
y la unión con mis hermanas
siempre me hace presente la Luz de Navidad.
Dejadme ser eco y voz de todos los hombres mis hermanos,
dejadme transmitiros el grito de esperanza que late en el corazón de todos ellos,
que al igual que vosotros, buscan anhelantes esa LUZ,
esa ESTRELLA que ilumine su camino,
que dé razón a su vida y sentido pleno a su existencia.
Vosotros no tuvisteis miedo en emprender una aventura sin igual.
Las dificultades que os encontrasteis en el camino no apagaron vuestra ilusión por llegar. ¿Quién mejor que vosotros
para ayudarnos a reemprender el camino que nos lleva al Niño de Belén?
Sí, es verdad que hace ya más de dos mil años marcasteis las pautas de este peregrinaje:
Fe, Esperanza y Amor,
pero ahora más que nunca necesitamos que nos lo recordéis
porque, mis queridos Reyes Magos,
se nos está olvidando lo más importante: el ENCUENTRO con JESÚS,
Dios hecho Niño en Belén por salvarnos.
Y es por este olvido por el que no llegamos a descubrir con toda su fuerza
la LUZ DE NAVIDAD.
Esta es mi petición:
¡Llevadnos a Jesús y enseñadnos a adorarle,
a centrar nuestra vida en El,
a acoger su mensaje de AMOR y de PAZ,
a irradiar su LUZ por doquier,
a dejarnos interpelar ante su HUMILDAD,
a sentirnos hermanados en El
y a continuar luchando por un mundo más fraterno, más solidario
y más coherente con nuestra condición de hijos de Dios.
En una palabra, a dejarnos ENAMORAR por EL.
¡Cómo me gustaría adentrarme en el corazón de tantos niños!
¡Quién pudiera expresar cuanto bulle en su interior
al imaginaros entrando en sus habitaciones
para depositar la sorpresa que han pedido con el candor de su niñez!
También ellos ansían la paz que cantaron los ángeles en el Portal de Belén,
también ellos desean vivir en el calor de una familia unida,
también ellos se unen a mi petición que viene a ser esa petición universal
entrañada en el interior más profundo del ser humano.
¡No os olvidéis de nosotros!
¡Dejad en el umbral de todo corazón la maravilla a la que os condujo la estrella!
¡Llevad nuestra petición ante el Niño de Belén!
¡Ofrecedle el corazón de una Humanidad que se abre a su AMOR!
¡Con vosotros queremos postrarnos en adoración
y queremos acoger la LUZ de NAVIDAD!
Mis queridos Reyes Magos, ¡gracias por vuestra fidelidad!
Me despido haciendo música mi oración:
Una estrella ilumina un hogar
un mensaje de Amor y de Paz.
Tiembla el mundo, empieza a soñar:
ha nacido el Dios de la Verdad.
NAVIDAD PARA EL HUMILDE
PARA EL QUE ELIGE VIVIR COMO JESÚS
NAVIDAD PARA LOS POBRES
PORQUE JESÚS ENTRE ELLOS VIVIÓ
En mi alma ha brotado una ilusión,
es un Niño que nació en mi corazón.
Lo cobijo muy dentro de mi Amor:
somos cuna del Dios de salvación.
Sor Rocío de Jesús
Monjas Mínimas Daimiel
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