... Y MIRAR CON LOS OJOS DE JESÚS
Miremos a Jesús y tengamos seguro que Él nos mira. Y si no sabemos qué decirle, Él nos dará palabras. Estemos del todo convencidos: Él no desea otra cosa sino que... le miremos. Mirémosle y Él hará lo demás... Pero hagámoslo con un mirar sereno, con paz, sin prisas... Con un mirar cargado de cariño; como el de aquél que mira a un ser querido, ¡muy querido! Luego nuestra mirada ha de sintonizar con cada sentimiento de Aquél a quien miramos. Y terminar en diálogo amoroso: Mirando y sintiéndonos mirados. Un mirar dialogante, traducido en preguntas y respuestas silenciosas. Para luego ir mirando el trocito de mundo en que uno esté plantado, con esa misma forma de mirar.
(Te puedes descargar la oración completa en doc.)
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