María escuha la Palabra y concibe al Verbo
¡Oh Mujer llena de gracia, sobreabundante de gracia, cuya plenitud desborda a la creación entera y la hace reverdecer! ¡Oh Virgen bendita, bendita por encima de todo, por tu bendición queda bendita toda criatura, no sólo la creación por el Creador, sino también el Creador por la criatura!....
...Virgen fiel, mantén tu oído abierto para escuchar y tu espíritu para creer; por el oído escucha la palabra del ángel, en el corazón recibe al Verbo del Altísimo y en tu seno concibe al Hijo de Dios. Di también tú, oh bienaventurada humilde y fiel: El Señor Dios me abrió el oído y yo no me resistí, no me volví atrás.(Is 50,5). He aquí la esclava del Señor, estoy presta a cumplir su voluntad. Es más, ayudaré con mis ruegos, si puedo: Hágase en mí según tu palabra.(Lc 1,38). Este lenguaje, ofrece de este modo la propia devoción, ciertamente equivale a abrir el corazón al Señor, y también a abrir la boca y atraer al Espíritu (Sal 118, 131). De la misma manera se abrió sin duda la tierra para que, destilando los cielos desde lo alto, recibiese el rocío y brotase al Salvador (Is 45,8)...
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