¡CRISTO HA RESUCITADO, ALELUYA, ALELUYA!
Es un gozo poder contemplar en esta Pascua a Cristo Resucitado, radiante, glorioso, pleno. En el Viernes santo no acabó todo como creían los discípulos… El domingo de Pascua sorprendió luminoso con la respuesta definitiva del Padre: el sepulcro está vacío porque ¡Cristo ha Resucitado! Esta sí es la última palabra del Padre que con nuestra resurrección, al final de los tiempos concluirá definitivamente.
Pero ya ahora si hemos muerto con Cristo, participamos de su Resurrección. Y ¿Cómo sabremos si hemos resucitado? Resucitar con Cristo cada día significa una vida de conversión continua poniendo siempre a Cristo en el centro. Caminar de bien en mejor es centrarnos cada vez más en Él. Si vemos que algunas cosas tratan de ponerse en el centro, incluso queriendo suplantar a Cristo, hemos de convertirnos para centrarnos de nuevo sólo en El.
Resucitar con Cristo significa que Él sea nuestro único centro y toda nuestra vida puesta a sus pies. Si hemos resucitado con Cristo seremos cada vez mejores cristianos. Que nuestro caminar de bien en mejor se exprese en una vivencia de Cristo en nuestra vida.
Resucitar con Cristo significa cantar ALELUYA, cantarlo con la boca y con el corazón. Que seamos un Aleluya para Cristo y para todos, de tal manera que quien nos vea cante también Aleluya y todos cantando Aleluya glorifiquemos al Padre por el Hijo en el Espíritu Santo y lleguemos un día a la ciudad eterna donde sólo se canta ALELUYA.
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
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