Iluminados por Jesús, vivamos en santidad
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ILUMINADOS POR JESÚS, VIVAMOS EN SANTIDAD
Vivir a Cristo en santidad de vida! Es la tarea del cristiano.
Oh Jesús, se necesitan personas y comunidades enteras que se lo tomen en serio. Podemos cambiar el ritmo de la historia y el rumbo de la sociedad si con espíritu abierto, nos unimos a Ti y asumimos plenamente tu vida, tu santidad, con una visión esperanzadora del futuro.
Desde el retiro de nuestra clausura ¡esto es posible! ¡o me entrego totalmente o no hay entrega!
Asimilar tu vida, ser testigos de tu amor ante el mundo… ¡Esta es la razón de nuestra entrega: dar a Cristo a los hombres! Jesús sigue vivo y actual en la Iglesia a través nuestro, “yo en oración unida a Cristo… mi oración no es mía, es suya” ¡Qué gracia tan inmensa y qué responsabilidad tan grande!
Es descubrir a la Iglesia que camina y que sigue buscando hacer la voluntad del Padre.
Seguimos a Alguien que llevamos dentro y si lo llevo dentro, lo poseo y he de configurarme con El: “Quien come mi carne y bebe mi sangre, mora en Mí y Yo en él”
Como creyente en camino, que ha recibido el don de vivir sólo para Dios por la salvación del mundo, deseo lo esencial de este estilo de vida: vivir la unión con Cristo Jesús para vivir la plenitud de la santidad. Que Cristo brote de nosotros, porque nos llena en totalidad.
¡Jesús el centro de mi vida, de una manera constante, perseverante, fiel! Vivir la experiencia del amor, ¡qué don tan grande! Para eso he dejado todo, para vivir íntimamente unida a Él. Que todo nos sirva para unirnos a Él y orientarlo a Él!
Oh sí, es el clamor que gime en nuestro interior, es como si Dios nos urgiera por dentro, y en las palabras del pastor que guía las almas y nos exhorta:
¡Rebosaréis de alegría porque sois poseedoras de Cristo! Despojaos de lo que os aparta de este camino. Es cuestión de orientar la vista hacia dentro, no hacia fuera, para mirar todo desde Dios. Vivid así y experimentaréis una gran felicidad. Adelantaréis el cielo. La vida religiosa es un gran don que hemos de guardar con mimo, experimentalmente, hemos de rebosar y vivir sólo y SÓLO para Dios y para los hermanos!
Monjas Mínimas Daimiel
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